La Historia de la Mafia: “La curva del Diablo”, el botadero de cadáveres

La Historia de la Mafia: “La curva del Diablo”, el botadero de cadáveres

“La Curva del Diablo”, un nombre que evoca imágenes de violencia y muerte, se convirtió en un escenario de un macabro hallazgo. En la madrugada del 10 de noviembre de 2012, cuatro cuerpos sin vida fueron arrojados desde una camioneta en este sector de Medellín, reviviendo los fantasmas del pasado y evidenciando la persistencia de la violencia en la ciudad. 
La investigación preliminar apuntó a que las cuatro víctimas, entre ellas Leoncio Antonio Álvarez Sepúlveda, un tatuador de 22 años, fueron asesinadas en una vivienda de la zona.  
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Un sobreviviente, primo de una de las víctimas, brindó información crucial a las autoridades. ¿Cuál fue el motivo de este múltiple homicidio? ¿Quiénes fueron los responsables?. Estas son las preguntas que aún no tienen respuesta y que mantuvo en vilo a la comunidad de Moravia 
Y es que “La Curva del Diablo2, fue un punto geográfico que evocó imágenes de violencia y muerte, tuvo una historia arraigada en el conflicto armado colombiano. Según Luis Guillermo Pardo, exasesor de paz de Medellín y director del Observatorio de Paz del Politécnico Jaime Isaza Cadavid, este lugar fue por décadas un escenario de disputa entre grupos criminales y un botadero de cadáveres. 
Pardo señaló que, desde finales de los años 90, esta zona, ubicada entre los barrios Oasis, Moravia y el Morro, fue un enclave estratégico para diversos grupos armados. En 1998, se realizó un pacto de convivencia para pacificar la región. 
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«El diablo del bosque», como también se le conoce este punto de la ciudad, se convirtió en un símbolo de la violencia en Medellín. Con la reactivación de las estructuras criminales en 2012, durante la alcaldía de Aníbal Gaviria, este lugar volvió a ser utilizado como un botadero de cadáveres. Fuel reflejo lo que se vivió el pasado 10 de noviembre del año 2012.  Esto no fue algo casual, era una época de violencia. Ese año, la ciudad registró un alarmante número de homicidios, lo que evidencia la escalada de violencia en la región. La ciudad superaba los mil asesinatos. 
La zona, donde esta la “curva del diablo” por su ubicación estratégica y su pasado violento, fue convertido en un punto de disputa constante entre diferentes grupos criminales, lo que generó un clima de inseguridad y temor entre los habitantes. A pesar de los esfuerzos de las autoridades y la comunidad por transformar este lugar, la violencia persistió. 
Más allá de las cifras de homicidios y las estadísticas de violencia, la Curva del Diablo dejó una profunda huella en la vida de quienes habitan sus alrededores.  
Los vecinos, en un intento por erradicar la mala fama del lugar, erigieron un altar a la Virgen María y renombraron el sitio como ‘La Curva de la Virgen’.  El anhelo de paz y espiritualidad chocaba constantemente con la cruda realidad de la criminalidad, demostrando que la sombra del mal seguía acechando la zona.

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