Alberto Fernández cambió, finalmente, su Gabinete de ministros. Cedió así a la presión de Cristina Fernández de Kirchner. Tras cinco días de guerra abierta entre el presidente de Argentina y su vice, la crisis de palacio que paralizó al país se saldo con un triunfo de la mujer que, una vez más, ha demostrado que tiene el poder. Alberto Fernández sacrificó en la pulseada a su jefe de ministros y hombre de máxima confianza, Santiago Cafiero, y puso en su lugar al gobernador de Tucumán, Juan Manzur, el hombre que Cristina Kirchner propuso para el cargo en una carta abierta que publicó el jueves en sus redes sociales. En ese texto, la expresidenta apuntó también contra el vocero del presidente, Juan Pablo Biondi, al que acusó de operar en la prensa contra ella. Biondi presentó este mismo viernes su renuncia.
El cambio de ministros fue una exigencia de Cristina Kirchner para relanzar el Gobierno tras la derrota en las elecciones primarias del domingo pasado. Los candidatos del oficialismo a participar en las legislativas del 14 de noviembre perdieron en 18 de los 24 distritos del país. El resultado tuvo el efecto de un tsunami en el Frente de Todos, la coalición peronista que llevó al poder a Alberto Fernández. La insistencia del presidente a sostener a su equipo hasta las elecciones Legislativas, donde es previsible que el oficialismo pierda el control del Congreso, dinamitó la tensa relación que ya mantenía la dupla del Ejecutivo.
La presión tuvo resultados. Habrá que esperar ahora para saber si el Gabinete anunciado este viernes será solo de transición o servirá de remedio para las heridas que dejó la pelea entre Fernández y Kirchner. La coalición estuvo en peligro, hasta que la balanza se decantó a favor de la vicepresidenta. De la lista de nombres surge un presidente más debilitado y con menos margen para tomar decisiones propias. La gran incógnita es si, al menos, servirá para revertir parte del desastre electoral del pasado domingo.
Tomado de: El País