No ha sido posible que los atracadores que se movilizan en motocicletas dejen de atacar a los comensales de varios restaurantes de Bogotá. Esta vez las víctimas fueron los clientes de un restaurante en la Castellana, en la localidad de Barrios Unidos.
Muchos de ellos salieron de la iglesia cristiana El Lugar de su Presencia y decidieron comer algo en el lugar. Todos fueron despojados de sus pertenencias, de celulares y de dinero en efectivo.
Una de las víctimas de este accionar delictivo fue el edil de Suba Andrés Cortés, quien les pidió a las autoridades distritales más acciones. La inseguridad se desbordo.
Según los dueños del negocio, ninguno de los cuadrantes de la zona estaba cerca del lugar patrullando.
Estos delincuentes son como enjambres. Violentos, rápidos. Suelen ir en grupos grandes, casi siempre con armas de fuego y cuchillos como aguijones. Pero también los hay de a dos. Se escabullen por las calles y barrios en motos, a pie o en taxis y tienen contra las cuerdas a los propietarios, trabajadores y clientes de restaurantes, principalmente de tres zonas: Usaquén, Chapinero y Teusaquillo, que están en plena reactivación económica. Delinquen en las noches, casi siempre.
Los relatos de las víctimas de tres robos presentados en las últimas semanas en estas localidades dan luces sobre cómo es el modus operandi de estos delincuentes. El común denominador es que se trata de hurtos masivos, generalmente más de seis víctimas, y no hacen diferencia entre clientes y trabajadores, a todos los asaltan. Van por objetos que suelen estar a la vista: celulares, bolsos, relojes y, por otro lado, desocupan las cajas de los establecimientos, el producido del día.
Tomado de: El Tiempo