El patrullero Edwin Caro Gómez, de 24 años, fue asesinado por Wilkerson Slyke Hernández Sánchez (capturado), quien le disparó en la cara al uniformado en medio de un procedimiento el 11 de agosto, en el sector del Nogal, en el norte de Bogotá.
Diez días después, cuando llegaba a su casa (en el barrio La Estrada, en el occidente de la ciudad), Johnson Zorrilla, de 56 años, recibió un violento golpe en la nuca que le dio un delincuente para luego hurtar sus pertenencias. El hombre cayó al suelo, inconsciente, y falleció en el lugar.
Al día siguiente se denunció la existencia de una banda, los del ‘Carro Rojo’, que delinque en la capital y asalta especialmente a mujeres, como quedó evidenciado en un video en el que se observa cómo arrastran y golpean a su víctima para robarle su bolso.
Estos son apenas tres de los casos que se conocieron en el último mes y que han generado entre los ciudadanos un ambiente de zozobra constante y de temor incluso de salir a la calle a hacer las diligencias más comunes.
Mientras los ciudadanos se manifiestan en las redes exigiendo a los mandatarios civiles y a la Fuerza Pública medidas de fondo para recuperar la tranquilidad, las autoridades han probado en capitales como Bogotá intervenciones focalizadas e, incluso, el tema fue el eje central de una cumbre de alcaldes y gobernadores del país, realizada a mediados de mes, que fue liderada por el ministro de Defensa, Diego Molano, y la cúpula de la Policía Nacional, primer respondiente de la seguridad ciudadana en el país.
El reto para las autoridades no parece fácil. ¿Cómo enfrentar la ola de crimen que viven las regiones del país, agudizada por las consecuencias sociales de la pandemia? ¿Cómo golpear a pequeñas pero numerosas redes criminales que delinquen con un grado de violencia cada vez más alto?
Expertos en seguridad y funcionarios del Gobierno coinciden en que no hay una sola fórmula y que se debe poner en marcha todo un paquete de medidas que van mucho más allá de la acción o de la responsabilidad de la Policía en su función de preservar la tranquilidad de los colombianos.
Tomado de: El Tiempo