Los retos del nuevo ministro de ambiente, Carlos Eduardo Correa

Los retos del nuevo ministro de ambiente, Carlos Eduardo Correa

Colombia es un país que, a pesar de ser uno de los más ricos en temas de biodiversidad, no se encuentra a la vanguardia en temas de innovación ambiental, o la explotación responsable de recursos naturales que permitan la incursión de la nación como líder del desarrollo y referente mundial de sostenibilidad.

Son numerosos los retos que enfrenta Colombia en esta materia pues aún no se ha consolidado un plan estratégico que permita el perfecto equilibrio entre el desarrollo económico e industrial y la conservación de las materias primas ambientales que posee actualmente nuestro país.

Sin embargo, llega a liderar esta cartera ambientalista para brindarle al país una oportunidad de migrar hacia una transformación sostenible que propenda por el desarrollo integral medioambiental, el experto en desarrollo social y planeación urbana y desarrollo territorial, el monteriano, Carlos Eduardo Correa Escaf.

Correa Escaf cuenta con una amplia trayectoria en la creación de políticas públicas que fundamenten sus ejes temáticos en la recuperación, conservación y promoción de los recursos naturales, como motor fundamental de la economía regional, logrando el reconocimiento como ciudades y territorios sostenibles.

Gremios ambientalistas ha demostrado su regocijo frente a la nueva designación realizada días atrás, por el propio presidente Iván Duque, en el marco de la celebración del día internacional de los ríos. Luego del nombramiento, Correa se comprometió a trabajar sin descanso para liderar las iniciativas estipuladas por el Gobierno Nacional, para encaminarlas en la dirección correcta, de tal manera que permitan la adecuada consecución de los objetivos en términos de desarrollo sostenible, en igualdad de condiciones para todo el territorio nacional.

Algunos de los temas que se presentan con urgencia en la agenda del gobierno del presidente Iván Duque, es ponerle un freno a la desforestación, promover las metas de reforestación de la próxima década, presentar soluciones que involucren la erradicación de cultivos ilícitos en todo el territorio nacional y ratificar el compromiso con el Acuerdo de Escazú.