Julio 13 de 2020.
Colombia un país privilegiado por la capacidad de su gente, la calidad de sus suelos, tener dos mares, Pacífico y Atlántico, capacidad empresarial, una democracia, aunque la quieran acabar algunos enemigos con ansias de poder, no la podemos dejar agotar; donde uno observa por la ambición de unos mamertos, copiar de Cuba y Venezuela un sistema, que como está probado, lo único que produce es miseria, destrucción de empleo y de empresas.
Las ambiciones y egos de los politiqueros presentan unas raras uniones en el debate público, inimaginables en ocasiones, por falta de coimas – contratos – haber cerrado la válvula de mermeladas y la falta de puestos públicos, que fueron la constante en los dos gobiernos del Nobel chiviado, que repartió como en una piñata, dejando al actual gobierno una tesorería agotada y comprometida, con un parlamento poniendo palos en la rueda por 18 meses, una justicia en general politizada, una pandemia que compromete vidas humanas, auxilios costosos , pérdida de empleo, baja productividad, una salud en algunos casos precaria, cultivos de coca y narcotráfico, motores de inestabilidad nacional.
Ante la arremetida contra el Presidente de los líderes de izquierda, ambientando en el pueblo el próximo debate electoral y los políticos ambiciosos, que solo buscan sus conveniencias personales, como lo han demostrado, importándoles muy poco el futuro de nuestro país, que con su comportamiento egoísta, llevan a Colombia a una segunda Venezuela, haciéndole el juego a la izquierda, un buen número de parlamentarios. La izquierda en una democracia es necesaria, pero con gente de un pasado limpio, no de asesinos, secuestradores, violadores y terroristas, que solo dejaron huérfanos, viudas y abandonos, además de ser los narcotraficantes más poderosos.
Los empresarios, gente de centro, derecha, apolíticos, en general personas que creen que no es con ellos, parece que estuviéramos anestesiados, algunos temerosos de opinar. La cosa no es así, el socialismo del siglo Veintiuno queriendo copiar una Venezuela en Colombia, no duerme, no descansa, hasta tener cumplida su misión de gobernar a Colombia y los que queremos democracia, institucionalidad, un país próspero, avanzando hacia un futuro mejor, somos indiferentes.
Para salir adelante y pensar en un país con futuro, no es cuestión solo del Presidente y sus Ministros, bien calificados y poco políticos, más técnicos y profesionales que han demostrado su capacidad y vocación de servir a la comunidad; les ha faltado mas socializar y mostrar sus ejecutorias y resultados al ver y oír comentarios, que dicen que el gobierno debe mostrar resultados, en medio de esta pandemia, donde le ha tocado terminar obras inconclusas, con baja tesorería, herencia de los gobiernos del Nobel chiviado.
No podemos pensar que con cartas de apoyo al Presidente esto va ha cambiar, si pensamos en democracia – institucionalidad – libre empresa – un equilibrio en la economía, mejorar los estándares de vida del pueblo menos favorecido, tenemos que pensar diferente, si queremos un cambio para un futuro mejor, de lo contario, asumamos responsabilidades de lo que nos puede llegar, por no actuar y participar oportunamente, al no despertar del letargo en que nos encontramos, pensando que los enemigos del Socialismo del Siglo Veintiuno están quietos. Que no despertemos demasiado tarde.
Desconcertante observar que la justicia, para un lado actúa diferente de acuerdo al personaje de turno, lo de Odebrecht como toca la izquierda de Santos, duerme el sueño de los justos con pruebas absolutas y los chismes de la Ñeñe política avanzan precipitadamente, lo mismo ocurre con las tutelas y un grupo de periodistas de diferentes medios, que le echan gasolina a mucho mamerto para que tenga audiencia y ataque por todos los medios a las Fuerzas Armadas, líderes de derecha, los atacan de una manera feroz; esto tiene que cambiar o nos ahogamos todos.
GABRIEL HARRY H.