El año pasado el dengue escaló como epidemia en América Latina.
Medellín y el Valle de Aburrá, en 2013, conformaban una de las zonas urbanas con mayor porcentaje de personas enfermas con dengue en Colombia. El promedio de infectados era de 4.000 en años sin epidemia y llegó a registrar más de 17.000 en años con epidemia, una cifra que se convertía en una pesada carga para el sistema de salud del país.
En 2014 se dispararon en Latinoamérica y el Caribe enfermedades como el zika y el chikungunya, también transmitidas como el dengue por el zancudo Aedes aegypti.
En medio de este panorama, y gracias a una alianza entre el World Mosquito Programa (WMP) y el Programa de Estudio y Control de Enfermedades Tropicales (Pecet), de la Universidad de Antioquia, comenzó en 2014 la prueba piloto de liberación masiva de mosquitos Aedes aegypti con la bacteria Wolbachia en zonas identificadas como de mayor incidencia de esas enfermedades.
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Según la UdeA, esta semana ambas entidades presentaron oficialmente los resultados de este proceso que, tras diez años después de la primera liberación masiva en el barrio París del municipio de Bello, reportó que el promedio anual de infectados se ubica en 200, en años sin epidemia. “Desde el 2020 tenemos cifras menores a 1.000 personas contagiadas, en 2021 pasamos a 500 y luego a 200, muy por debajo de los registros históricos; y así se ha mantenido. Este año 2024, que ha sido de epidemia en América Latina, la más grande en la historia de la humanidad, porque hemos tenido en toda esta región más de 10 millones y medio de casos, en Medellín estamos llegando a cerca de 2.000, pero deberíamos estar por lo menos en 20.000 enfermos con dengue”, aseguró al respecto el médico Iván Darío Vélez Bernal, fundador y director hasta este año del Pecet, grupo de investigación adscrito a la Facultad de Medicina.
El programa se extendió, a partir de 2017, a la totalidad de zonas de los municipios de Bello, Medellín e Itagüí, por donde circula la mayor parte de la población del Valle de Aburrá. Las zonas nororiental y noroccidental de la capital antioqueña fueron priorizadas, dada la alta incidencia del dengue y, luego, el programa se amplió gradualmente a las otras áreas de las tres ciudades.
Este programa, que establecía liberar mosquitos en cada una de las áreas, delimitadas en 50 por 50 metros, durante 20 semanas, recibió un amplio respaldo comunitario, especialmente en las comunas con mayor incidencia del dengue donde, según encuestas que adelantó la firma Yanhaas para el Pecet, se tuvo una aceptación del 95%.
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Scott O’Neill, creador y director ejecutivo del WMP, añadió que el trabajo ha demostrado que el método se puede ampliar e implementar en millones de personas.
“Medellín solía ser una de las peores zonas del país para el dengue, pero ya no es así, y eso se alinea con lo que vemos en otros países. Esta evidencia del impacto del método será cada vez más clara en los próximos años”, dijo el científico australiano. El WMP, un grupo de empresas sin ánimo de lucro propiedad de la Universidad de Monash, ha adelantado proyectos semejantes en países de Oceanía, Asia y América Latina. En esta última región ha trabajado en Brasil, México, Honduras, El Salvador y Colombia. Además del Valle de Aburrá, en Antioquia, este método también se aplica desde el 2020 en la ciudad de Cali, donde según datos oficiales del 2023, la liberación de mosquitos portadores de Wolbachia demostró una disminución en los casos de dengue entre un 41% y un 54%.
El médico Vélez indicó que la meta a mediano plazo es liberar mosquitos con Wolbachia en el resto de los municipios del Valle de Aburrá, así como en las regiones de Urabá y Bajo Cauca, a la vez que hay en marcha una propuesta de la Secretaría Seccional de Salud de Antioquia, para que este sea el primer departamento del país con el dengue controlado. La bacteria Wolbachia, que se introduce en los Aedes aegypti, impide que estos transmitan el virus del dengue. Esto significa que, aunque un mosquito infectado pique a una persona, no podrá transmitir el virus, lo cual reduce el riesgo de nuevos casos.
Scott O’Neill, del WMP, e Iván Darío Vélez, del Pecet, junto a otros investigadores de esas instituciones, directivas universitarias y autoridades de salud de Medellín, Bello e Itagüí, mostraron que este proyecto ha significado una reducción del 90% en el número de casos con la consiguiente disminución en la presión sobre el sistema hospitalario y una mejora en el bienestar de más de tres millones de personas en el Valle de Aburrá. Esta alianza exitosa ha sido la base para la expansión del programa a otros lugares del país. En el momento hay solicitudes de las autoridades de salud de Barranquilla, Cartagena y Villavicencio, entre otras ciudades, para aplicar este procedimiento en sus territorios.
Vélez explicó que la alianza Pecet-WMP tuvo como objetivo principal probar la eficacia del método y la aceptación por parte de la comunidad en el Valle de Aburrá. “Lo que sigue es la implementación del control de los mosquitos en otras ciudades, que lo deciden el Ministerio de Salud y las secretarías de salud regionales y locales, y lo implementa el World Mosquito Program. Nosotros, como universidad, no estamos ahí, esto lo realiza el WMP como organización sin ánimo de lucro, aunque si nos piden acompañamiento, lo haremos”, precisó el investigador de la UdeA. Entre tanto, Julián Felipe Pineda Velásquez, secretario de Salud de Bello, destacó que “este programa nos ha dado casi nueve años de tranquilidad en nuestro municipio. A pesar de la situación epidémica en este momento en el resto del país, en Bello estamos en un momento muy tranquilo, como lo muestra el hecho de que tenemos alrededor de 200 casos de dengue, pero si no se hubieran liberado estos mosquitos estaríamos en más de 2.000”.
Por su parte, la secretaria de Salud de Itagüí, Aura Patricia Vásquez Castillo, recordó que la liberación de mosquitos con Wolbachia en ese municipio empezó en 2016 y destacó que, gracias a esto, “en 2018 teníamos 2880 casos de dengue, pero a 2024 tenemos 130 casos, a pesar de ser un año de epidemia. Y la reducción notable no es solo de esta enfermedad, sino también de chikunguña y zika”.