2. Deje que el psíquico guíe la sesión.

Los psíquicos, por otro lado, son simplemente personas que pueden ver, oír, sentir, saborear o tener intuición más allá de los límites del mundo físico. Es difícil, quizás incluso imposible, definir con firmeza lo que la sociedad considera percepción «normal». Después de todo, estamos condicionados a creer que nuestra percepción de la realidad es bastante concreta: asumimos que todo el mundo sabe que el cielo es azul o puede detectar cuando alguien está de mal humor. Pero a medida que continuamos expandiendo este espectro sensorial, rápidamente nos damos cuenta de que ciertos sentidos se vuelven cada vez menos comunes entre nuestros compañeros. Es a través de esta conciencia que muchos de nosotros nos damos cuenta de esos dones psíquicos únicos e inherentes.