El legado político de Rodolfo Hernández
Ya en el poder dijo que iba a acabar las ‘islas’ en las secretarías de la Alcaldía de Bucaramanga, quitándole el poder a los concejales de la oposición, quienes vivieron «un desierto» durante su administración porque no les dio la participación que en otras épocas se les entregaba.
Antes de terminar su mandato decidió renunciar para apoyar la candidatura del entonces candidato Juan Carlos Cárdenas, quien logró de la mano de Hernández, conseguir una de las más altas votaciones para la alcalde de la capital santandereana.
Una vez cumplido ese objetivo, Hernández sostuvo que tenía la firme intención de ser presidente de la República, llegando en 2022 a la segunda vuelta enfrentado a Gustavo Petro, quien fue el ganador de esos comicios.
Al ser segundo en las elecciones tuvo derecho a la curul de oposición en el Senado de la República, a la cual renunció semanas después.
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Ya en el año 2023, decidió lanzarse como candidato a la Gobernación de Santander y enfrentó, al mismo tiempo, el proceso denominado Vitalogic, por las irregularidades cometidas en un contrato y la batalla contra el cáncer de colon.
Pese a estar inhabilitado por haber recibido tres sanciones de la Procuraduría, logró 135 mil votos en su aspiración, los cuales al final lo dejaron en el cuarto lugar de la votación.
Mientras esto sucedía, el proceso Vitalogic fue avanzando, al punto que en mayo de 2024 se conoció una condena por 64 meses de prisión domiciliaria, tras comprobarse que cometió irregularidades en la celebración de un contrato de consultoría por $360 millones para la transformación de las basuras en el relleno sanitario El Carrasco.