Sequía 2025 en Bogotá: Embalses en niveles críticos, el clima no ayudó

Sequía 2025 en Bogotá: Embalses en niveles críticos, el clima no ayudó

La situación es crítica, y la incertidumbre sobre la disponibilidad de agua en el futuro cercano pone en alerta a toda la ciudad.
Desde abril, el alcalde Carlos Fernando Galán anunció una medida drástica para enfrentar la sequía que azota a Bogotá: el racionamiento de agua. Los embalses del sistema Chingaza, que abastecen a la ciudad y a varios municipios cercanos, estaban en niveles críticos, lo que llevó a la implementación de cortes de agua por 24 horas en diferentes localidades, según un cronograma rotativo.
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Con el cambio climático y la llegada de lluvias más frecuentes, los embalses comenzaron a recuperarse. Las proyecciones iniciales de la Alcaldía y la Empresa de Acueducto y Alcantarillado de Bogotá indicaban que, para octubre, los embalses deberían alcanzar el 70% de su capacidad. Esta recuperación permitió reducir la frecuencia de los cortes de agua, pasando de una suspensión diaria a una interdiaria.
Sin embargo, un reciente informe ha revelado que estas proyecciones no se están cumpliendo. A pesar de las lluvias, los niveles de los embalses no han alcanzado el umbral esperado, lo que ha llevado a la Alcaldía a hacer un nuevo llamado a la ciudadanía para que continúe ahorrando agua. De no mejorar la situación, la medida de racionamiento podría extenderse hasta el 2025.
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En un comunicado difundido a través de las redes sociales, la Alcaldía Mayor de Bogotá advirtió: «Atención Bogotá, los niveles de los embalses que abastecen a la ciudad están bajando significativamente. Esta situación nos aleja de la meta de llenado del 70% a la que debemos llegar en octubre de este año. Si no ahorramos agua, en pocos meses podríamos enfrentarnos a una nueva contingencia y no tener suficiente agua para el 2025. Dependemos de dos factores: del clima, que no podemos controlar, y del uso eficiente del agua, que sí depende de cada uno de nosotros. No bajemos la guardia, cada gota cuenta».
La situación es crítica, y la incertidumbre sobre la disponibilidad de agua en el futuro cercano pone en alerta a toda la ciudad. La comunidad debe colaborar para evitar un desabastecimiento aún mayor en el 2025.

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