Todo lo que tienes que saber para acondicionar tu cama

Todo lo que tienes que saber para acondicionar tu cama

Pasamos gran parte de nuestra vida durmiendo e, incluso, muchas personas también pueden pasar tiempo viendo tele, jugando videojuegos o hasta trabajando, todo desde nuestra cama. Por lo tanto, las condiciones que tiene que tener este importante lugar de nuestra casa que es la habitación, deben ser lo más cerca de lo óptimo posible para poder asegurarnos, principalmente el descanso correcto.

En la siguiente nota hablaremos de las cosas que debes tener en cuenta para tu próxima cama, apuntando, sobre todo, a la base cama, al colchón y a la almohada que más nos convienen, dependiendo de nuestros gustos.

Analiza medidas

La unión entre base cama + colchón es algo que debemos tener en cuenta, obviamente. Pero si no sabemos cuánto mide la habitación y nos lanzamos a comprar sin mirar, nos arriesgamos a sufrir un disgusto. Lo primero que debemos tener en cuenta es medir los anchos y los largos del cuarto y del lugar especifico en el que irá la cama.

Esto lo hacemos para saber cuánto espacio disponemos, cuánto es el máximo y el mínimo que el tamaño de la base cama y colchón tendrán en la pieza. Tampoco te olvides de medir la altura. Una vez tengas esto, tendrás que preocuparte menos por los nombres particulares que tienen cada uno de los modelos de cama, como pueden ser el King size, el Queen size, individual o matrimonial. Ten siempre en cuenta el espacio que tendrás disponible, una cama grande quedará mejor si la habitación tiene su espacio, si es muy reducida, se puede convertir en una molestia.

Material

Una vez definidas las medidas, pasemos al material en que se compondrá tu próxima base cama con colchón. El principal motor que tiene que moverte en esta elección es qué tanto te interesa, por un lado, la calidad del producto, y por otro si buscas que combine o no con el resto de los muebles de la habitación. Sin embargo, los principales materiales usados son la madera y el metal. Diremos, a continuación, qué puede brindarte cada una.

 

  • Madera: las base cama más colchón construidos en madera son los más tradicionales y populares. Dependiendo el tipo de madera, puede darte más firmeza, durabilidad y como cada madera tiene sus propias tonalidades, te permitirá también jugar con el ambiente, aportando un toque de naturaleza y calidez.
  • Metal: ideales si lo que te gusta es el toque minimalista que está bastante de moda. Ofrecen firmeza y resistencia y por lo general, los acabados son en líneas rectas, generalmente en tonos neutros como distintos tipos de blanco o gris, que pueden ser muy fáciles de combinar con el resto del decorado.
  • Como tercera opción, agregamos a las bases de cama tapizadas. En esta alternativa, la diferencia la hace la tela que está por encima del material que la conforma. La base de cama tapizada puede aportar una imagen de suavidad y comodidad que no brindan a la vista los materiales más rígidos. Además, las telas te permitirán jugar con otros colores que no tienen ni la madera ni el metal.

Luego de elegir esto, te queda definir qué tipo de base es la que quieres, donde encontramos, por ejemplo, los somieres, las bases articuladas o las cajoneras, que usan a la base misma como compartimentos para asegurar el orden de la habitación.

¿Qué almohada me compro?

Resuelto el tema de la cama, tenemos que definir qué le pondremos por encima. Y en este ítem está la sábana, el acolchado, la frazada, los almohadones y, sobre todo, la almohada. No todas son iguales y no todas las personas prefieren las mismas. Muchas veces nos cuesta conciliar el sueño por las noches, y tal vez no lo sepamos, pero el uso de determinado tipo de almohada en lugar de otra, puede afectarnos, tanto en esto, como en tener problemas (como dolores cervicales) a futuro.

Si eres una persona que duerme siempre en una misma posición especifica, esto también puede servirte como indicador de qué tipo de apoyo es el que necesitas. Las personas que duermen, por ejemplo, generalmente de costado, requieren de almohadas que sean altas (15 centímetros aproximadamente) y que opongan una cierta resistencia ante el peso de la cabeza, para que, de esta manera, la cabeza quede en línea con nuestros hombros.

·       Elige por formas

Como hemos visto, la elección no es algo que debes hacer a la ligera. En cuanto a las formas de la almohada, hay dos grandes tipos, la tradicional (más sencilla, no adaptada a posturas especificas) y la almohada ortopédica o ergonómica, que está adaptada para las personas con problemas cervicales.

·       Elige por material

Aquí es donde se empieza a abrir más el abanico de posibilidades, ya que las alternativas son muchas. Mencionaremos algunos de los principales:

  • Pluma: este material las hace blandas y livianas, ideales para los que duermen boca abajo. Las almohadas de fibra aportan prestaciones similares, con el agregado de evitar la alergia a los ácaros.
  • Látex: producen un buen agarre en el cuello y son perfectas para las personas que duermen de costado.
  • Espuma: también este tipo es conocido como las almohadas memory foam o “efecto memoria”, porque el poliuretano del que están hechas mantiene unos segundos la forma de la cabeza del usuario.

Si lo que estás buscando es una almohada cervical ortopédica y no sabes de qué material están diseñadas, no te preocupes ya que tanto la pluma, la fibra, el látex y la espuma viscoelástica pueden producir cojines de este tipo, con distintas prestaciones.

Con esta nota esperamos haberte ayudado a terminar de organizar tus preferencias a la hora de elegir cómo será tu próxima cama. Si ya estás seguro de qué es lo que buscas, dirígete a cualquier tienda de productos para el hogar, colchonería, local de venta multimarca o bien utiliza las plataformas online que estos locales poseen para poder comparar precios, medidas o materiales y definir así dónde y cómo vas a descansar.