El hundimiento de la reforma tributaria propuesta por el presidente Gustavo Petro en el Congreso ha sido un acontecimiento clave en el panorama político reciente. Este rechazo, aunque criticado por el gobierno, ha sido considerado por muchos, incluido Juan Manuel Galán, como una decisión acertada que responde a las necesidades y preocupaciones de los colombianos.

Una reforma recurrente y coyuntural

La reforma tributaria presentada por el gobierno de Petro tenía como objetivo atender un problema fiscal coyuntural, similar a las múltiples reformas que se han presentado desde la Constitución de 1991. Sin embargo, el contenido de esta reforma no resolvía las problemáticas estructurales del sistema fiscal colombiano, sino que proponía soluciones transitorias que generan incertidumbre económica y afectación a las clases medias y empresariales.

Juan Manuel Galán, líder del Nuevo Liberalismo, ha sido uno de los principales opositores de esta reforma, argumentando que el gobierno debe enfocarse en realizar cambios fiscales responsables y de largo plazo. “No podemos seguir improvisando con el bolsillo de los colombianos cada 18 meses”, afirmó Galán, señalando que una política fiscal consistente es clave para el crecimiento económico y la estabilidad del país.

Reacción desmedida del presidente Petro

El rechazo en el Congreso generó una fuerte reacción del presidente Petro, quien se refirió a los parlamentarios que votaron en contra como “malditos”. Este tipo de lenguaje polarizante, como lo destacó Juan Manuel Galán, no contribuye al diálogo democrático ni a la solución de los problemas del país. Galán enfatizó la necesidad de un gobierno que respete la pluralidad de ideas y promueva la unidad nacional en lugar de exacerbar la división.

Un llamado a la responsabilidad fiscal

Galán ha reiterado que Colombia necesita una reforma tributaria estructural, centrada en la equidad y la eficiencia. Para ello, es indispensable un diálogo amplio que involucre a todos los sectores de la sociedad y que permita construir soluciones realistas.

En este contexto, el hundimiento de la reforma no debe verse como una derrota, sino como una oportunidad para repensar las políticas fiscales del país. La postura de Juan Manuel Galán refleja el compromiso con una Colombia más justa y responsable económicamente.